lunes, 31 de agosto de 2015

El rastro que conduce a nuestros labios. Por: Rodrigo H. Gómez

El rumor de un paisaje lejano. El acento de un idioma extranjero. Nuestros pasos juntos en su rastro. Por descuido nuestras manos se entrelazan. El cielo rojo que centellea en tu mirada. Un sentimiento que se enciende y se declara. Una intensa y profunda mirada. Los rastros que se juntan al final de nuestros pies. Yo avanzo y te beso. Tu también.

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