Todo
empieza con el sonido de unos pasos ligeros. Un sueño inunda mi
cuarto y sin mediar palabra se cuela en mi cama. Su roce me invita a
acercarme y una llama surge, repentina, de una chispa improvisada.
Miradas, caricias y cosquillas entre las sabanas. Los ruidos de la
mañana y el temprano amanecer me reclaman. Una pregunta que vibra en
el aire. Cuando creo despertar, sorprendido, me doy de bruces con la
realidad, pues al abrir los ojos descubro que no ha sido un sueño
No hay comentarios:
Publicar un comentario