jueves, 29 de enero de 2015

La parte de mi corazón que no me pertenece. Por: Arcoiris

Y después de tantas estrellas que se acercan y se van. Una fugaz, otra que me acompañó y forjó de camino a la adultez, y la última que, injusta, me desprecia, y finalmente me arranca el corazón del pecho, aun habiendo intentado amurallarlo dentro de mi cuerpo.
ahora después de tantos astros, estoy solo en el espacio. Belleza no falta, pero tan lejana. Pocos asteroides me rodean o dejo que lo hagan. La mayoría acompañados, como si tuvieran la formula secreta. Sueño que vuelo a fulgurantes luces a lo lejos, me deleito en su resplandor, pero al cabo me despierto. Aun así pongo mi orgullo por delante e intento rechazar lo que me pide el corazón. Intento convencerme de que solo estoy mejor. Mientras, la lluvia de cometas pasa cruelmente cerca de mi, sin tener en cuenta que no se estirar el brazo para agarrarlos, ni tengo el valor suficiente para intentarlo. La primera estrella pareció morir en el cielo nocturno de aquella historia. Pero no fue mas que el preludio a su regreso. Ahora esta aquí, de nuevo, y yo no se como encajar lo que ¿siento? Pensé que estaba olvidada pero en su presencia me desvanezco. Mudo y en blanco la miro, y en silencio, imagino lo que pudo haber sido, lo que no fue y quiero que sea ¿con ella? No lo se, quizá sea el recuerdo que me empuja, tal vez el roto corazón que me sostiene, que unas manos que recojan sus pedazos busca. Y mientras tanto el sol de primavera no se apaga, sigue quemándome la vista con su resplandor, o eso digo para justificar el llanto de mi alma. Ella parece feliz, y yo, mezquino, deseo que no lo sea para consolarla. Busco la noche para que la claridad y tibieza de la luna me terminen de curar las heridas, para intentar forjar de una vez mi débil corazón, sometido a tantas torturas.

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