martes, 26 de abril de 2016

Gran Vía, 1 de Agosto, 7:30h

El oro con que amanece el sol corona los edificios. En la calle el único peatón es el viento que, a esa hora, es un dulce y fresco compañero. Le veo avanzar entre los arboles y cruzar los pasos de cebra, deleitándome en la absoluta soledad que me acompaña, el silencio que me envuelve y la tranquilidad que se respira. Recuerdo los largos paseos por medio de la calzada solo por disfrutar de la ausencia de la gente y la complicidad de mis pasos y las paredes, que me acompañan como espectadores de mi danza conmigo mismo, en este escenario que llamo Madrid, representando la obra “Gran Vía, 1 de Agosto, 7:30h”



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