viernes, 2 de junio de 2017

El techo de cristal - Por: Rodrigo Herranz Gómez

Y allí estaba ella, 
avanzando,
subiendo la escalera.
Iba distraída y se pegó
en la cabeza.
Al mirar arriba vio
un cristal,
Que tenía por objetivo
protegerla de todo mal.
A su derecha un muchacho,
de cuarenta.
Con sonrisa divertida él
le guiña un ojo, 
al llegar a su altura el cristal 
se abrió,
Y sin mirar atrás, al cielo
Se marchó.
Ella pidió ayuda y por detrás
llegó la patrulla, 
todas de la mano con una fuerza y
empuje sobrehumano.
Entonces un ¡Crash! Y una
Carcajada.
¡Venimos a tomar los cielos!
dijeron.
E invadieron como una bocanada.